Las Montañas del Fuego en Lanzarote

Las Montañas del Fuego

Las Montañas del Fuego o Timanfaya forman parte de una amplia zona afectada por las erupciones volcánicas acaecidas en Lanzarote entre 1730-1736 y con posterioridad en el año 1824.

Este largo proceso eruptivo, uno de los más relevantes y espectaculares del volcanismo histórico de la Tierra, cambió drásticamente la morfología de la isla quedando prácticamente sepultada una cuarta parte de la misma bajo un grueso manto de lava y ceniza.

El paisaje volcánico producido por la actividad volcánica comprende un perímetro total de 174 Km2, aunque el área protegida como Parque Nacional de Timanfaya sólo abarca una superficie de 51 Km2, donde sucedieron las erupciones más importantes.

Existen numerosas crónicas documentales históricas que describen los fenómenos volcánicos que acontecieron en la isla. Sin duda, el más conocido es el relato del cura de Yaiza Don Andrés Lorenzo Curbelo, que es reproducido por el Geólogo alemán Leopold Von Buch en 1825 en su obra «Descripción física de las Islas Canarias».

«El primero de Septiembre de 1730, dice Don Lorenzo Curbelo, entre las 9 y las 10 de la noche, la tierra se entreabrió de pronto cerca de Timanfaya, a dos leguas de Yaiza. Desde la primera noche, una enorme montaña se levantó del seno de la tierra, y de su cima se escaparon llamas que continuaron ardiendo durante diecinueve días ? estaban acompañadas de una gran cantidad de lapilli, de arenas y de cenizas que se extendieron por los alrededores y de todos los puntos se vieron caer gotas de agua en forma de lluvia. Los truenos y las explosiones que acompañaron a estos fenómenos, la oscuridad producida por la masa de cenizas y humo que recubría la isla, forzaron más de una vez a los habitantes a huir?».

El Islote de Hilario
A lo largo de Timanfaya se originan lo que los vulcanólogos denominan «anomalías geotérmicas», esto es, temperaturas inusuales en la superficie que provienen del subsuelo, concretamente de una cámara magmática residual a poca profundidad. El núcleo principal de estas anomalías se sitúa en el Islote de Hilario, donde sus efectos son mostrados a los curiosos y visitantes por medio de los famosos géiseres, la combustión de aulagas o cocinando alimentos con el calor natural de la tierra.
Esta zona de Timanfaya toma su nombre del lanzaroteño Hilario, personaje de leyenda, que después de la guerra de Filipinas vivió aquí como un eremita con la sola compañía de su camella. Hilario plantó una higuera que, aunque pegó, jamás dio fruto alguno porque «la flor no podía alimentarse de la llama».

En el interior del restaurante «El Diablo» existe una obra de arte singular: en un «soco» artificial acristalado aparecen huesos de camellos y una higuera sobre el rofe negro. Se trata de un homenaje a la leyenda de Hilario.

El restaurante «El diablo»
En el Islote de Hilario podemos encontrar la huella artística de César Manrique en el restaurante «El Diablo». Realizado en 1970, esta sólida edificación presenta una planta circular, con muros cortina acristalados que iluminan el interior y actúan a modo de mirador sobre el paisaje volcánico. En el exterior, también de forma curva, discurre un amurallamiento que delimita la entrada. Todo el conjunto arquitectónico está cubierto de piedra seca, labrada, potenciando las tonalidades oscuras del material volcánico.

César utiliza las formas circulares, sinuosas, con profusión, tanto en los motivos arquitectónicos como en los ornamentales, en una clara alusión a los «socos» tradicionales que sirven para proteger las plantas del viento constante.

Situado en lugares estratégicos de las Montañas del Fuego, podemos observar la figura de un diablo realizado en hierro oxidado. Este arquetípico símbolo de Timanfaya, creado por César Manrique, forma parte ya indisoluble de la propia naturaleza trágica y sublime del paisaje volcánico insular.

La Ruta de los volcanes
En el interior del Parque Nacional existe un tramo de unos 14 kilómetros acondicionado para su visita. El trazado de la carretera, perfectamente mimetizada con el entorno, se desarrolla a lo largo núcleo principal de las erupciones donde se localiza una concentración de elementos de interés geológico y geomorfológico, de gran singularidad, como hornitos, cuevas y malpaíses.

La extrema fragilidad del entorno hizo necesario crear un recorrido que fuese capaz de, con una intervención mínima, sintetizar la belleza y la magnitud del mismo. La ruta de los Volcanes fue realizada bajo la dirección de César Manrique y Jesús Soto en 1968.

El Echadero de Camellos
Tan importante como los fenómenos geológicos es la manera de mostrarlos. Visitadas desde el siglo XIX por viajeros y científicos existe una cultura muy arraigada entre los lanzaroteños en hacer de esta visita una experiencia única e irrepetible. El paseo a lomos de camellos sobre el volcán es, sin duda, una de las estampas más clásicas de Lanzarote y conjuga el exotismo del transporte con la espectacularidad del entorno.

Timanfaya es visitada anualmente por más de un millón y medio de personas siendo, conjuntamente con el Parque Nacional de las Cañadas del Teide, los Parques Nacionales más visitados de España. Esto supone una importante fuente de ingresos para la economía insular.

Características geológicas
El perímetro de las erupciones principales está formado por extensas superficies de lavas intransitables del tipo «aa» (malpaíses) y «Pahoe-hoe» (cordadas) y apenas ha sufrido alteraciones humanas. Esto, unido a la especial climatología de la isla, ha producido que el paisaje volcánico original se encuentre en la actualidad prácticamente inalterado, siendo un auténtico laboratorio de investigación para procesos de colonización de la fauna y la flora. Estas excepcionales características volcánicas de Timanfaya produjeron que, en el año 1974, se declarase Parque Nacional, siendo el único de la Red española de Parques Nacionales de carácter Geológico.

Las emisiones volcánicas consumieron una de las franjas agrícolas más productivas de Lanzarote y sepultaron incluso, y para siempre, a varias poblaciones. Sin embargo, buena parte de los nuevos terrenos, sobre todo aquellos formados por lapilli o rofe, destacaban por su increíble fertilidad. Esto produjo su rápida reconversión agrícola dedicándolos, fundamentalmente, a la plantación de viñedos. Los nuevos cultivos originaron paisajes como La Geria, donde las parras son prácticamente enterradas en la arena volcánica.

Tiempo de visita recomendado: 60 minutos

HORARIOS

Horario: 9:00 h. -16:45 h.

Última visita Ruta de los Volcanes: 17:00 h.

Horario de verano (15 de julio a 15 de septiembre): 9:00 h. -17:45 h.

Última visita Ruta de los Volcanes (horario verano): 18:00 h.

*Los días 24 y 31 de diciembre, el centro cierra a las 16:00h y la última visita Ruta de los volcanes a las 15:30h.

Horario recomendado: Se trata de un Parque Nacional con elevada afluencia de visitantes en temporada alta 15 julio a 15 de septiembre y Semana Santa-. Le recomendamos que nos visite de 9:00 h. a 11:00 h. y de 15:00 h. a 17:45 h. para evitar aumentar el tiempo de espera.

TARIFAS

Precios válidos desde el 01/01/2020

Adulto: 12,00 euros con 20% de descuento a partir de las 15:00
Menor: 6,00 euros (7 – 12 años) con 20% de descuento a partir de las 15:00
Residente canario Adulto: 9,60 euros
Residente canario Menor: 4,80 euros
Residente Lanzarote: 2,00 euros

*Dada la dificultad para conectar con red de internet en este entorno natural, no se puede pagar por el momento con tarjeta de crédito en Taquilla.

Descuento aplicable a personas con discapacidad: 30% descuento sobre precio entrada al centro presentando acreditación en taquilla.